LA GUERRA
Me llamo Džemil y he nacido en Sarajevo, en Bosnia, en el año 1983.
Esta es mi historia.
Historia sobre niñez durante la guerra.
Me acuerdo como era la vida – una aventura simple, despreocupada y descuidada, como si nada importara. Mi hermano y yo íbamos al colegio, volvíamos a casa, comíamos, íbamos a jugar fuera y hacíamos lo que hacen todos los niños. Jugábamos hasta caernos de cansancio, a veces nos saltábamos comidas por híper- eufórica infiltración infantil de adrenalina. No queríamos que se nos escape algo. Para nosotros, alimentarnos era estar fuera de casa, los días eran demasiado cortos, nuestra felicidad interminable.
Pero, en 1992, mi niñez cambio dramáticamente, empezó la guerra. Mi vida y la vida de mi familia fueron interrumpidas de repente, sin ningún aviso. En un momento había paz, en el siguiente la guerra. La vida nunca fue como antes. No es que yo lo sabía de entonces, quizás sea mejor el haber vivido en el espacio paralelo infantil. Tampoco es que no tenía ni idea, solamente era un niño feliz y optimista.
Cuando empezó la guerra, tenía casi nueve años y estaba finalizando el tercero de educación primaria. Recuerdo haber celebrado mi noveno cumpleaños en un refugio improvisado con mi familia y amigos, donde nos escondíamos todos de granadas. Aunque había guerra, nosotros, los niños, nos lo pasábamos pipa. Jugábamos, pretendíamos ser soldados, nos escondíamos en refugios, enganchándonos como si estuviéramos en la primera línea. Era divertido, porque no teníamos que ir al colegio y podíamos jugar fuera, inconscientes de peligros muy reales alrededor de nosotros. A menudo nos despertábamos con sonido de disparos y explosiones. Lo que a otros les parecía caótico y extraño, para nosotros era normal. Entonces eso era una parte de nuestra vida cotidiana. Me acuerdo que mirábamos las antorchas rojas que iluminaban el cielo antes de empezar los disparos.
Las antorchas caían despacio con ayuda de un pequeño paracaídas. Corríamos detrás de las antorchas y jugábamos con paracaídas, juguetes gratis, como los considerábamos, pero todos sabíamos para que los utilizaban: su propósito era descubrir y ver a quien matar siguiente. Cuando la guerra agarro fuerza, muchas familias abandonaron Bosnia, vecinos y amigos se mudaron. Mi familia se quedó. Mi padre se juntó al ejército bosnio para defender nuestro país de agresor serbio. Era un hombre orgulloso y consideraba deshonrado abandonar su patria. Mi madre trabajó interrumpidamente durante la guerra como enfermera en un hospital local. Aunque se pasaba los días viendo la gente morir, „morpital“ lo llamaba ella, no traía sus traumas a casa. Nunca sentí dolor, depresión o sufrimiento ninguno del que fue testigo en el hospital.
Por lo que he contado, con horario militar de mi padre y turnos de noche de mi madre, ellos dos durante tres años de guerra estuvieron ausentes durante un año entero. Mi hermano y yo pasábamos la mayoría de tiempo en casa solos. Si oíamos avisos de sirena, no íbamos al colegio, era demasiado peligroso. Pero, para nosotros, el sonido de sirenas era señal que es tiempo para juegos. Fuimos rebeldes y no íbamos al refugio. Extrañamente, en el medio de una zona de guerra, íbamos fuera a jugar todo el día. Sin deberes, sin padres para darnos la lata, ese era el sueño de todos los niños. Desde la perspectiva de hoy, eso suena loco, pero como un niño en el 1995, aunque la guerra estuviera prácticamente en nuestras puertas, me sentía liberado, feliz y libre.
1995
Casi al final de la guerra, en mayo de 1995, durante la tregua entre las dos partes, si algo así es posible en la mente de monstruos que nos torturaron durante 3 años, mi vida cambio para siembre. Jugábamos fuera. Mi hermano mayor jugaba al tenis, yo jugaba con mis amigos a las canicas. De repente el francotirador empezó a dispararnos. Mi hermano recibió el tiro en el pecho. Empezó a andar hacia la casa, sujetándose la herida. Fue el único disparado. El más alto entre nosotros, el mayor, un militar potencial dentro de unos años. Los niños gritando, llorando, las madres llamándoles, un caos total. Mientras él intentaba caminar hacia la casa, todavía manteniéndose de pie, corrí a casa y avise a madre que estaba preparándonos la comida tras el turno de noche en el hospital. Mientras le intentaba ayudar, cogí una manta para acurrucarle, llamé urgencias y volví a estar presente en los últimos momentos de mi hermano. Murió en los brazos de mi madre, mientras le intentaba reanimar.
Esos momentos, ese día, nunca olvidaré. Me acuerdo de nuestro último almuerzo, el último chocolate que compartimos, la ropa que llevaba y el reloj manchado de sangre. Me cogí el reloj y no quería lavarlo días después, todavía no sé porque. ¿Cómo es que me acuerdo del desayuno ese día, cómo es posible? Son muchos los detalles en mi cabeza.
Lo mataron desde la notoria ‘Spicasta stijena’ (Roca de pico).
Yo tenía 12, el 16 cuando lo mataron. Desde entonces mi vida se parte en antes y después de su muerte, mientras los otros la parten en tiempo antes y después de la guerra. El tres de mayo de 1995 es la fecha grabada en mi mente para siempre. Fue el día en que terminó mi niñez. Dijeron que era la tregua, pero algo así no existía en el manual serbio de guerra.
HOY
Por desgracia, no tengo fotos de cómo era crecer durante la guerra en Sarajevo, porque no teníamos posibilidad, ni nadie de mi familia, y eso es algo de que pienso a menudo. Me disturba no tener fotos de colegio, cumpleaños o fotos de familia de esa época. Una única foto de esos tiempos me haría infinitamente feliz. Viendo los niños que están creciendo hoy con todos los dispositivos y posibilidades, me siento como si hubiera crecido en una cárcel grande. Recuerdo la mayoría de las cosas, mis recuerdos están tan vivos, los malos y los buenos. Pero escuche una vez un dicho: “Si no está documentado, no ha ocurrido.”
La única foto de mí mismo que tengo es del entierro de mi hermano, que no considero foto de guerra. Ella no cuenta. Para mí, la sangrienta guerra termino el día que lo mataron. Tiene que ser algo psicológico, algún tipo de bloqueo o denegación.
Las fotos de antes de su entierro son lo que necesito.
Me gustaría encontrar fotos de mi hermano – a lo mejor las tienen sus amigos de colegio u otros, sin ser conscientes de ello. Me pregunto cuántas fotos hay que no fueron publicadas.
Me acuerdo que, después de que lo mataran, necesitábamos su foto para el periódico y entierro.
Teníamos sus fotos de cuando era más joven, pero entonces mi padre se acordó que mi hermano obtuvo una beca y que le sacaron una foto. Es la última foto de mi hermano que tenemos, una de las cosas más apreciadas que poseemos.
MISIÓN
Existen otros niños y familias que sufrieron tragedias perecidas, quizás peores. A lo mejor alguien más está buscando una foto o persona de esos desgraciados tiempos. Muchos fotógrafos visitaron Bosnia durante la guerra, quizás tienen archivos sin publicar. Algo que el mundo tiene que ver.
Esa es una de las razones porque construimos la presente página web.
El objetivo es encontrar, localizar y archivar las fotos grabadas en Sarajevo, en Bosnia, durante la guerra, desde el 1992 hasta el 1996. La presente página web va a documentar la guerra desde el punto de vista de gente como yo y mi familia, que lo vivieron. Queremos honrar a los valientes fotógrafos que vivieron la guerra con nosotros y testificaron nuestro sufrimiento. Algunos de ellos perdieron trágicamente sus vidas. La presente página web honrará a los bravos fotógrafos de guerra cuyo trabajo le dio posibilidad al mundo para ver que nos está ocurriendo.
De vez en cuando, por lo menos una vez al año, miro las fotos del entierro de mi hermano. Mi familia tiene un álbum de fotos dedicado solamente a mi hermano, desde que fue un bebe hasta su asesinato. Miro las fotos, pienso de aquellos tiempos, me imagino los eventos, sonrió y reflexiono.
Al final del álbum están solamente las fotos del entierro, miembros de familia, amigos y fotos de fotógrafos extranjeros que estuvieron allí gravando. No los conozco y siempre me pregunto quiénes son y donde están ahora. Un amigo cercano me ayudo a encontrar una de ellos. La conocida fotógrafa Anja Niedringhaus está mirando mientras sujeta sus cameras. Cuando intente buscar una foto suya durante la misión en Bosnia, no conseguí encontrar nada, en todas sus fotos esta su trabajo, nunca ella misma. Supongo que los fotógrafos no se sacan fotos.
Mientras investigaba y buscaba, descubrí sus numerosas fotos geniales y sorprendentes de Sarajevo bajo asedio. Entre sus trabajos, encontré una foto del entierro de mi hermano. Quizás yo fuera demasiado optimista, pero si tiene una foto – a lo mejor tiene más, considerando que lleva dos cameras en el cuello. Quizás estuvieran archivadas o perdidas en algún lugar. Por desgracia, ella fue asesinada en el 2014 en Afganistán, mientras cubría las elecciones ese año. No le puedo pedir las fotos a ella, pero puedo a los demás que estuvieron en el entierro. Solamente tengo que encontrarlos y descubrir su identidad. Esta foto de joven Anja, una fotógrafa de guerra treintañera, quizás sería deseable para su familia o sus amigos querían verla. Por respeto hacia ella estoy seriamente pensando visitar su familia y su tumba en Alemania en la pequeña ciudad de Höxter.
LLAMADA
Este es un intento mío de aprender algo sobre otros fotógrafos del álbum. Me pregunto si están vivos, si cubren otras zonas de guerra, si tienen más fotos, si tienen historias que les gustaría compartir.
Por lo menos seis estaban ahí.
No fue fácil para mí escribir esto, me tomó más de 20 años. Muchas paradas y nuevos comienzos. Pero, espero que me ayude a mí y a otros niños que sobrevivieron la guerra.
Nuestra página web esta abierta para todos, contáctenos, comparta su historia, háganos preguntas y mándenos sus fotos.
Por mucho que esta sea mi historia, la verdad es que trata de todos nosotros, de niños. De fotógrafos de guerra.
Trata de mi hermano.
Su nombre es Amel Hodžić, nacido el día 8 de marzo de 1979.
Este año cumpliría 40 años.
Atendía la Escuela secundaria de formación profesional de arte en Sarajevo, estaba en el segundo año en el 1995 cuando lo mataron.
Tenía 16 años y 55 días.
En caso alguien que lo conocía lee esto.
Quizás alguien tiene su foto, algún recuerdo, una historia que quiere compartir conmigo.
Algo.
Lo que sea.
12.08.2019.
Musica usada:
Franz Schubert – Sonata in A Minor, D.959 – II. Andantino
Interpretado por: Charlie Albright (piano)
Boston: Isabella Stewart Gardner Museum
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